(13 de abril de 1840)

El incendio de La Pobleta de Alcolea a cargo de las tropas carlistas

En la campaña de los generales Espartero y O’Donnell para recuperar Morella de las manos del general carlista Cabrera, la primavera de 1840 resultó determinante para dirigir los ataques que desde el norte iban empujando las fuerzas carlistas, hasta dejarlas acantonadas dentro la ciudad de Morella, después de haber perdido Cantavella, Ares y Vilafranca.

Fue una primavera sumamente fría y lluviosa, con importantes episodios de nieve que se prolongaron hasta finales del mes de mayo.
La primera semana de abril, las fuerzas realistas se movían alrededor de Monroyo y Peñarroya, apoyándose sobre los refuerzos que se habían apoderado de Aiguaviva, La Cerollera, Tronchón y Villarluengo.

El día 9, la 1ª División, a las órdenes del General Diego de León, Conde de Belascoain, había ocupado Monroyo, y se dirigió hacia Peñarroya para asaltar el fuerte que estaba todavía en manos carlistas. Después de un día de intensa lucha, lograron ocuparlo, provocando la huida de muchos de sus defensores, haciendo prisioneros algunos oficiales y tropa, además de apoderarse de armas, munición y víveres.

Muchos de los fugitivos se refugiaron en los alrededores de La Pobleta, y el día 13 de abril, y para conseguir un tiempo precioso en su escapada hacia Morella, prendieron fuego al pueblo. La Pobleta estaba habitada en ese momento por unas veinte familias (más de 100 personas) y prácticamente todas las viviendas sufrieron los efectos del fuego.

A la vista del incendio, el Conde de Belascoain ordenó que tres batallones de la 1ª División, una batería de montaña y un escuadrón de Lanceros de Borbón acudieran desde Monroyo a apagar el incendio para evitar la total destrucción del pueblo. A la vuelta, un batallón de la 1ª División se quedó en Torre de Arcas para evitar algún incidente parecido.

El frío, la nieve y el mal tiempo duró todavía un mes y medio. El general Baldomero Espartero llegó a las inmediaciones de Morella el día 23 de mayo, procedente de Alcañiz, bajo una intensa nevada que duró hasta el día 26. Morella cayó definitivamente el 30 de mayo, provocando el fin efectivo de la primera guerra carlista. El general Espartero fue premiado con el título nobiliario de Duque de Morella.